A lo largo de todos los anteriores post nos hemos ido sumergiendo en el mundo de la mitología. En este caso nos hemos centrado en la egipcia y en la griega pues son las que gozan de una mayor fama.
Sin embargo no debemos dejar pasar por alto la existencia de otras muchas mitologías con sus propios relatos y mitos llenos de misterios y relacionadas entre ellas.
Prácticamente cualquier cultura posee su biblioteca mitológica, pues es por medio de la conformación de historias y relatos a través de la que se crea la base de una cultura.
Si no nos hiciéramos preguntas acerca de nuestra existencia, del origen del mundo o de nuestros antepasados, no tendríamos unas costumbres y unas creencias que nos definen dentro de una determinada cultura.
Todas las historias que he ido contando a lo largo de estos post han sido de inspiración para muchos artistas ya sea en el campo cinematográfico o el campo literario.
Es aquí donde notamos la conexión entre estas antiguas historias y el mundo en el que vivimos hoy.
Para empezar lo que hoy conocemos como el cine de ciencia ficción, gran cantidad de este no existiría si las viejas mitologías no hubieran estado ahí para indagar sobre la creación del mundo, la lucha entre el bien y el mal etc.
Como ya señalábamos en un post, por ejemplo en la mitología es donde primero se comienza a tratar el tema de la sexualidad de una forma cerca y sin apenas tapujos, pues como hemos podido comprobar la mayoría de los relatos mitológicos incluyen historias sexuales.
También la atracción sexual que siempre se ve representado del hombre hacia la mujer nació de estas historias, pues siempre que una diosa ha de recurrir a su “magia” emplea el poder de seducción sobre el hombre.
La presencia de la mitología hoy en día cobra su total sentido como ya señalábamos en la trilogía del escritor J.R.R Tolkien de El Señor de los Anillos.
Tolkien es un gran amante de la mitología nórdica, y se pueden observar referencias a esta en muchas de sus obras.
Las aventuras de los vikingos son las que más llaman la atención dentro de esta mitología. Estos habitaban lo que nosotros conocemos como Tierra Media (Midgard) y para ellos su símbolo que otorgaba la mayor fuerza y riqueza no era otro que el anillo (o brazalete).
Los más altos puestos de la sociedad recibían la calificación de “donador de anillos” y los guerreros que debían ser honrados tras las batallas eran recompensados con anillos.
Odín era un personaje mitológico que poseía un anillo y que viajó por los nueve mundos bajo su más habitual imagen que no era otra que la de viejo viajero de barba larga, sombrero ancho y capa gris o azul.
La apariencia de Odín es la que siempre se ha empleado para designar a los hombres de conocimiento, es decir, magos, brujos, etc
Pero en relación con la trilogía está claro a quién nos estamos refiriendo: a Gandalf el mago gris. Esta es la más concluyente prueba de que Tolkien se inspiró en la mitología nórdica para presentarnos la maravillosa obra de arte que para muchos supone El Señor de los Anillos y pone de manifiesto que la mitología es algo que convive con nosotros en nuestra sociedad moderna.