viernes, 28 de diciembre de 2012

La guerra entre los dioses.

Pocas son las mitologías que no reflejen una lucha entre unos dioses primigenios y otros dioses más evolucionados.
Continuando con el relato de Cronos del que ya hablábamos antes, los primeros dioses fueron los titanes que ocuparon la región de Élide. En esta región del noroeste del Peloponeso se hallaba uno de los santuarios más sagrados de Grecia, el de Olimpia.
Cronos, casado con su hermana Rea abrumado por las furias vengadoras de Urano no encontró mejor solución que ir devorando a todos los hijos que tenía con Rea.
La madre Rea sufría por sus hijos, y harta ya de la brutalidad de su hermano y marido decidió no entregarle a su último hijo: Zeus, que fue entregado a la Madre Tierra que lo escondió en Creta.
Pero Cronos seguía esperando a la nueva criatura para devorarla y para engañar a dios Rea envolvió una piedra en ropajes para engañar al malvado de Cronos.
Sin embargo cuando este se percató de su engaño fue en busca de Zeus que al principio pasaría desapercibido situado sin tocar el cielo, la tierra ni el mar. Zeus consiguió escapar y esperar al momento de venganza para liberar del vientre de Cronos a sus hermanos.
Rea hizo que Cronos bebiera de un brebaje que le hizo expulsar a todos sus hijos. Estos comenzaron a luchar contra su padre con Zeus al mando y así estallo la guerra de los dioses que tuvo una duración que algunos dicen que pudo ser de cien o mil años.
Zeus siguiendo el consejo de Gea liberó a los cíclopes y a los gigantes que permanecían confinados en el Tártaro. La lucha prosiguió pero Zeus tenía las de ganar ya que a pesar de la fuerza de los cíclopes estos ofrecieron a Zeus el rayo que ellos podían fabricar gracias a que su único ojo era de fuego.
Finalmente Zeus se alzó con la victoria, Cronos y los titanes fueron desterrados a una isla. Un mundo nuevo comenzaría bajo el mandato del más grande de los dioses, Zeus.
Este repartió entre sus hermanos privilegios y estableció jerarquías muy parecidas a la idea de democracia ateniense. Pero aun así Zeus sufrió muchos problemas para mantener el poder por miedo a que pudiera ocurrirle algo parecido a lo que sufrieron sus antecesores.
Su primera idea fue casarse, y así lo hizo con la titánide Metis. Pero una vez habían concebido su primer hijo Zeus le mando que se convirtiera en gota de agua para ingerirla y evitar que procrearan más. Es por eso por lo que Atena nació de Zeus.
Pero Zeus todavía tuvo que enfrentarse con los gigantes, que acabaron por declarar la guerra a los dioses olímpicos.
Aún quedaba otra lucha, la de Zeus contra Tifón, un ser de aspecto monstruoso. Por todos los esfuerzos que utilizó Zeus al final fue secuestrado por Tifón.
Existen tres versiones de la liberación de Zeus pero cualquiera de las tres puede ser válida porque fuere como fuere Zeus logró mantener su puesto y el mundo adoptar su estabilidad y configuración definitivas. A partir de entonces ya no habría más guerras divinas y el Olimpo se convirtió en la morada de los dioses que, en ocasiones tenían sus discusiones pero que no llegarían a enfrentamientos como los sufridos con anterioridad.


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