domingo, 30 de diciembre de 2012

La mitología y la actualidad

A lo largo de todos los anteriores post nos hemos ido sumergiendo en el mundo de la mitología. En este caso nos hemos centrado en la egipcia y en la griega pues son las que gozan de una mayor fama.
Sin embargo no debemos dejar pasar por alto la existencia de otras muchas mitologías con sus propios relatos y mitos llenos de misterios y relacionadas entre ellas.
Prácticamente cualquier cultura posee su biblioteca mitológica, pues es por medio de la conformación de historias y relatos a través de la que se crea la base de una cultura.
Si no nos hiciéramos preguntas acerca de nuestra existencia, del origen del mundo o de nuestros antepasados, no tendríamos unas costumbres y unas creencias que nos definen dentro de una determinada cultura.
Todas las historias que he ido contando a lo largo de estos post han sido de inspiración para muchos artistas ya sea en el campo cinematográfico o el campo literario.
Es aquí donde notamos la conexión entre estas antiguas historias y el mundo en el que vivimos hoy.
Para empezar lo que hoy conocemos como el cine de ciencia ficción, gran cantidad de este no existiría si las viejas mitologías no hubieran estado ahí para indagar sobre la creación del mundo, la lucha entre el bien y el mal etc.
Como ya señalábamos en un post, por ejemplo en la mitología es donde primero se comienza a tratar el tema de la sexualidad de una forma cerca y sin apenas tapujos, pues como hemos podido comprobar la mayoría de los relatos mitológicos incluyen historias sexuales.
También la atracción sexual que siempre se ve representado del hombre hacia la mujer nació de estas historias, pues siempre que una diosa ha de recurrir a su “magia” emplea el poder de seducción sobre el hombre.
La presencia de la mitología hoy en día cobra su total sentido como ya señalábamos en la trilogía del escritor J.R.R Tolkien de El Señor de los Anillos.

Tolkien es un gran amante de la mitología nórdica, y se pueden observar referencias a esta en muchas de sus obras.
Las aventuras de los vikingos son las que más llaman la atención dentro de esta mitología. Estos habitaban lo que nosotros conocemos como Tierra Media (Midgard) y para ellos su símbolo  que otorgaba la mayor fuerza y riqueza no era otro que el anillo (o brazalete).
Los más altos puestos de la sociedad recibían la calificación de “donador de anillos” y los guerreros que debían ser honrados tras las batallas eran recompensados con anillos.
 Además de esta clara relación con la veneración al anillo existe otro elemento muy destacable que es la figura de Odín.
Odín era un personaje mitológico que poseía un anillo y que viajó por los nueve mundos bajo su más habitual imagen que no era otra que la de viejo viajero de barba larga, sombrero ancho y capa gris o azul.
La apariencia de Odín es la que siempre se ha empleado para designar a los hombres de conocimiento, es decir, magos, brujos, etc
Pero en relación con la trilogía está claro a quién nos estamos refiriendo: a Gandalf el mago gris. Esta es la más concluyente prueba de que Tolkien se inspiró en la mitología nórdica para presentarnos la maravillosa obra de arte que para muchos supone El Señor de los Anillos y pone de manifiesto que la mitología es algo que convive con nosotros en nuestra sociedad moderna.

Atenena

No era de extrañar que fruto de la relación del dios griego más poderoso y Metis, diosa de la sabiduría naciera la más inteligente y respetada de todas las diosas: Atenea.

Este mito ha sido objeto de discusiones en numeradas ocasiones pues unos dicen que, ante el augurio de que el segundo hijo de Metis sería un varón que destronaría a Zeus, el dios procedió a tragarse a Metis embarazada para que no hubiera posibilidad de otro embarazo.
Otros, sin embargo afirman que el relato válido es aquel en el que la diosa, transformada en una gota de agua a petición del astuto Zeus, éste la ingirió de manera que Metis y la futura Atenea permanecieron en el vientre de Zeus.
Llegado el momento del parto un fuerte dolor de cabeza invadió a Zeus lo que le hizo gritar tan fuerte que hasta tembló el firmamento. Llamó a Hefesto, el herrero divino, para que de un hachazo le abriera la cabeza y de ella surgió Atenea completamente armada con casco, lanza, escudo y una armadura de bronce.
Otra de las muchas versiones que existen sobre el nacimiento de Atenea dice que se produjo cuando la cabeza de Zeus, estando el dios cerca de Cnosos, chocó contra una nube en la que se encontraba oculta la diosa. Sea cual sea la historia que prefiramos lo que no cabe duda es que Atenea salió de Zeus.
Diosa guerrera tomó parte en combates contra gigantes.
En la guerra de Troya se alineó con los aqueos. Guardaba rencor a Paris, el troyano desde que en el famoso concurso de belleza del monte Ida no fuese ella la elegida como diosa más bella.
Fue protectora de Heracles, armándole y proporcionándole unos crótalos de bronce con los que pudo asaltar a las aves del lago Esfíntalo, que al levantar el vuelo fueron abatidas por las flechas del héroe. A modo de agradecimiento Heracles le entregó una de las codiciadas manzanas de oro del Jardín de las Hespérides.
Es constante la presencia de la diosa ayudando a Ulises en la Odisea. Es gracias a ella por lo que este puede regresar a Ítaca pues la diosa le confiere una belleza sobrenatural con la que enamora a la joven de la isla de los feacios que le proporcionará la embarcación adecuada para su vuelta al hogar.
En estas ayudas que presta la diosa puede verse la fuerza del espíritu  frente a la fuerza bruta, pues Atenea es considerada como la diosa de la Razón. Preside las artes y la literatura, pero especialmente se la relaciona con la filosofía, la poesía y la música.
Es también protectora de las hilanderas, tejedoras y bordadoras. Un claro ejemplo de esto es la famosa leyenda de Aracne.
Atenea estaba considerada como diosa guerrera y en ese sentido se le atribuyen la invención de la cuadriga y del carro de combate, pero también destacaba en las artes de la paz.
Además era frecuente que muchas ciudades la tuviesen como su deidad protectora y se le rindiese culto de una forma especial; aparte de Atenas, a la que se creía había dado su nombre, Esparta Mégara y Argos entre otros la tenían como a su diosa.
Atenea nunca se casó y siempre permaneció virgen, pero un día fue a visitar a Hefestos el cual se enamoró de ella y virtió su esperma por encima de ella. La diosa se deshizo con al lana de él y lo arrojó al suelo. Esa tierra fecundada dio a luz a Erictonio, considerado siempre por la diosa como su hijo.
Los atributos de la diosa eran la lanza, el casco y la égida o escudo atributo que compartía con su padre Zeus.
En su escudo figuraba la cabeza de la Medusa que convertía en piedra a todos aquellos que fijaran su vista en ella. Su animal era la lechuza y su planta el majestuoso olivo.

sábado, 29 de diciembre de 2012

El rey del panteón griego

Zeus es el más grande de los dioses del Panteón helénico. Se le considera el dios de la luz, del cielo sereno y del rayo. Habita las cumbres del Olimpo, pero también viaja cuando es necesario.
Poco a poco el Olimpo dejó de ser la morada exclusiva del dios para convertirse en la región donde vivirían todos los dioses.

Zeus no sólo preside las manifestaciones celestes, da la lluvia, lanza el rayo y el relámpago, sino que su mayor función es la de mantener el orden y la justicia en el mundo.
Él es el encargado de purificar a los homicidas de la mancha de sangre, vela porque se mantengan los juramentos y por el respeto de los deberes de la hospitalidad; además garantiza el poder real y la jerarquía social entre los hombres y los dioses.
Es el único de los dioses que no se deja llevar de sus caprichos, excepto en lo referente al terreno amoroso. El dios, al igual que otros muchos dioses, fue un seductor nato, un mujeriego empedernido que causó muchos disgustos a Hera.
Los mitógrafos sostienen que todas las uniones ya fueran humanas o divinas tenían un por qué. Así justifican el nacimiento de Helena con la provocación del conflicto armado de la Guerra de Troya y así disminuyese la presión demográfica de Grecia.
En nacimiento de Heracles tenía como objetivo salvar al mundo de una serie de monstruos que lo atemorizaban. Por tanto queda claro que la procreación divina estaba encaminada a actuar de forma providencial.
Para todas las uniones que concibió Zeus, adoptaba formas diversas. Se ha querido dar una explicación a estas transformaciones del dios como que éste había reemplazado a divinidades locales mucho más antiguas que se representaban en forma de animal.
Todas estas aventuras y uniones desesperaban a Hera, la hermana y esposa legítima ya que estas transformaciones también se toman como un deseo de ocultación del dios ante su mujer, de sus devaneos amorosos.
Haremos aquí una pausa para recalcar la similitud de los dioses mujeriegos de los mitos con las características que se dan en los relatos narrativos del cine.
Una de las características del cine negro o cine noir no es otra que el doble sentimiento que inspira en el héroe (en la mitología dios) la presencia de la femme fatale (la diosa en la mitología). Por un lado le inspira atracción sexual, como hemos mostrado ya antes en algunos de los relatos mitológicos que hemos expuesto. Pero por otro lado también le inspira un cierto miedo. ¿Qué mejor forma de representar ese miedo que las transformaciones que adopta Zeus para alejarse de la mujer?
Para finalizar este post sobre el dios de los dioses griegos, Zeus actuará como dios justiciero que castiga a los malhechores, especialmente a los reos de cometer sacrilegios.

viernes, 28 de diciembre de 2012

La guerra entre los dioses.

Pocas son las mitologías que no reflejen una lucha entre unos dioses primigenios y otros dioses más evolucionados.
Continuando con el relato de Cronos del que ya hablábamos antes, los primeros dioses fueron los titanes que ocuparon la región de Élide. En esta región del noroeste del Peloponeso se hallaba uno de los santuarios más sagrados de Grecia, el de Olimpia.
Cronos, casado con su hermana Rea abrumado por las furias vengadoras de Urano no encontró mejor solución que ir devorando a todos los hijos que tenía con Rea.
La madre Rea sufría por sus hijos, y harta ya de la brutalidad de su hermano y marido decidió no entregarle a su último hijo: Zeus, que fue entregado a la Madre Tierra que lo escondió en Creta.
Pero Cronos seguía esperando a la nueva criatura para devorarla y para engañar a dios Rea envolvió una piedra en ropajes para engañar al malvado de Cronos.
Sin embargo cuando este se percató de su engaño fue en busca de Zeus que al principio pasaría desapercibido situado sin tocar el cielo, la tierra ni el mar. Zeus consiguió escapar y esperar al momento de venganza para liberar del vientre de Cronos a sus hermanos.
Rea hizo que Cronos bebiera de un brebaje que le hizo expulsar a todos sus hijos. Estos comenzaron a luchar contra su padre con Zeus al mando y así estallo la guerra de los dioses que tuvo una duración que algunos dicen que pudo ser de cien o mil años.
Zeus siguiendo el consejo de Gea liberó a los cíclopes y a los gigantes que permanecían confinados en el Tártaro. La lucha prosiguió pero Zeus tenía las de ganar ya que a pesar de la fuerza de los cíclopes estos ofrecieron a Zeus el rayo que ellos podían fabricar gracias a que su único ojo era de fuego.
Finalmente Zeus se alzó con la victoria, Cronos y los titanes fueron desterrados a una isla. Un mundo nuevo comenzaría bajo el mandato del más grande de los dioses, Zeus.
Este repartió entre sus hermanos privilegios y estableció jerarquías muy parecidas a la idea de democracia ateniense. Pero aun así Zeus sufrió muchos problemas para mantener el poder por miedo a que pudiera ocurrirle algo parecido a lo que sufrieron sus antecesores.
Su primera idea fue casarse, y así lo hizo con la titánide Metis. Pero una vez habían concebido su primer hijo Zeus le mando que se convirtiera en gota de agua para ingerirla y evitar que procrearan más. Es por eso por lo que Atena nació de Zeus.
Pero Zeus todavía tuvo que enfrentarse con los gigantes, que acabaron por declarar la guerra a los dioses olímpicos.
Aún quedaba otra lucha, la de Zeus contra Tifón, un ser de aspecto monstruoso. Por todos los esfuerzos que utilizó Zeus al final fue secuestrado por Tifón.
Existen tres versiones de la liberación de Zeus pero cualquiera de las tres puede ser válida porque fuere como fuere Zeus logró mantener su puesto y el mundo adoptar su estabilidad y configuración definitivas. A partir de entonces ya no habría más guerras divinas y el Olimpo se convirtió en la morada de los dioses que, en ocasiones tenían sus discusiones pero que no llegarían a enfrentamientos como los sufridos con anterioridad.


El nacimiento del mundo griego

Como ya adelantábamos en el anterior post al involucrarnos en el mundo de la mitología griega, los griegos sostienen que los dioses y los hombres habían sido creados al mismo tiempo que el mundo.
Por esto es interesante detenerse en los mitos que sostienen la creación del mundo y la aparición de los primeros dioses.
El universo estaba cubierto por la oscuridad, era el caos. Este caos creó como una extensión de sí mismo a dos seres: Érebo, representante de las tinieblas y Nix el de la noche.
Nix inventó la luz del día y la luz etérea aunque esta se opone a la noche también es su razón de ser ya que sin el día no existía la noche. Día y noche se fueron alternando y las criaturas de la tierra encontraron su espacio para vivir; sólo los dioses vivían siempre en la luz.
Del mismo abismo nació Gea, la madre Tierra. En la Tierra todo tiene forma, es firme y estable oponiéndose al Caos donde todo el oscuro y no permite ver nada con concreción.
Gea es la superficie del mundo, donde en algunas zonas presenta montañas elevadas y en otras profundos abismos, que es donde se enlaza con Caos.
Después surgió Eros, el amor pero no como la atracción entre los sexos opuestos, ya que todavía ni siquiera existían los sexos, sino como aliento primordial y vital.

Urano (Cielo o Firmamento) se sitúo sobre Gea. Cielo y Tierra formaron pareja masculina y femenina que ahora sí por voluntad de Eros dieron lugar a las plantas, las flores y a todos los animales de la creación. Se formaron los ríos, mares y océanos.
Urano persistió hasta dejar preñada a la diosa Gea. Los hijos concebidos se quedaban todos en el vientre de la madre, pues Tierra y Cielo estaban unidos y no quedaba espacio para que esos hijos pudieran aflorar a la superficie.
Los primeros hijos fueron los cíclopes, seres con un solo ojo. Los segundos trillizos eran gigantes con cien brazos y un poder extraordinario. Urano arrojó a sus hijos al Tártaro en lo más profundo de la Tierra pues eran unos hijos rebeldes difíciles de dominar.
Les siguieron naciendo hijos a Urano y Gea, los titanes que eran seis hombres y seis mujeres pero como en el caos de sus predecesores y hermanos tampoco podían salir del seno de su madre. Esta unión permanente entre Gea y Urano no permitía que hubiera luz. La noche era eterna.
Gea no podía soportar más esa situación y en una noche llena de ira, incitó a sus hijos a rebelarse contra Urano.
Gea fabricó una hoz y se la entregó a su hijo Cronos que escondido en el vientre de su madre esperó su oportunidad y en el lugar en que estaba unido Urano con Gea Cronos le cortó los genitales a su padre. Sin embargo algunas gotas de sangre de prodigiosa capacidad reproductora fecundaron de nuevo a Gea y nacieron así las “erinas”, furias que vengaban los parricidios y el perjurio. Nacieron también los gigantes y los guerreros que representaban la guerra, el castigo y la discordia entre la familia.
El Cielo quedo fijado donde se encuentra hoy y ya no volvió a unirse nunca con la Tierra, sin embargo el acto de Cronos tuvo otras consecuencias: al separarse los titanes pudieron salir y reproducirse dando lugar a otras generaciones. El día y la noche empezaron a sucederse de forma regular y Cronos fue su dios desde entonces.
El mundo se iba configurando, en el que cobraban especial importancia tanto la violencia como el amor. Violencia y amor, dos fuerzas fundamentales y terribles a la vez que moverían el mundo a partir de la acción de Cronos, dando lugar a la guerra de los dioses por la supremacía.

La Mitología Griega

Para los griegos los dioses, el mundo  los humanos habían sido creados al mismo tiempo.
Habitaban en el monte Olimpo, en familias divinas que compartían con los humanos comportamientos, actitudes, defectos y virtudes. Así pues había muchos dioses emparentados entre sí, pero uno superior a todos los demás  que era Zeus.
A diferencia de otras mitologías en la griega los dioses no fueron los que crearon el mundo, por eso se preguntaban constantemente por el origen de este. La respuesta era el Caos.
En los primeros tiempos de este universo las deidades establecieron luchas entre sí por hacerse con el dominio del mundo e imponer un cierto orden (teoría común a muchas otras mitologías).
En el caso de la mitología griega encontramos una primera lucha entre Urano que representaba al Cielo y su hijo Cronos representante del tiempo; sin embargo será Zeus hijo de este el que se alzará como vencedor.
Estas luchas son una trasposición de las constantes guerras que vivían los humanos, sólo que éstas a escala sobrenatural.
Una vez que Zeus está al frente del poder total, se forma una genealogía olímpica que vivirá muchas historias y aventuras cuyos protagonistas serán los mismos dioses acompañados de los héroes.
La formación de la mitología griega  fue un proceso lento que fue evolucionando de la mano de la sociedad. Los primeros dioses fueron los de la fertilidad, protectores de la vegetación, la diosa madre etc.
A partir del segundo milenio antes de Cristo las influencias indoeuropeas de donde provenían todas las creencia religiosas se fueron integrando en los mitos griegos; hasta que el culto a Zeus se fue imponiendo a la diosa de la Tierra Hera; Hera pasa a ser hermana y esposa de Zeus.
Para los griegos lo dioses y hombres habían sido creados por el igual en el sentido de que el mundo era igual para todos, solo se diferenciaban en que la vida de los hombres tenía un límite mientras sus dioses siempre existirían. Para la cultura griega a diferencia de la egipcia la vida del más allá no era motivo de preocupación.
Las relaciones entre los pueblos de Oriente Próximo siempre existieron y se cree que pudieron influenciar sobre esta cultura. Es indudable que la diosa Afrodita griega tenía su antecedente en la diosa fenicia Astarté diosa del amor, la fecundidad y la belleza.
La relación de los griegos con sus dioses era la de establecer una amistad con ellos, puesto que sabían que regían su destino. Podríamos decir que marcaban las pautas de comportamiento de una sociedad que temía el castigo divino si se comportaba mal.
Los dioses tenían una significación política pues las ciudades-estado griegas tenían a su dios particular o a un grupo de dioses a los que rendían culto en los numerosos y hermosos templos.
También en las casas particulares era común que hubiera un altar a Zeus o que Hestia, diosa del hogar, tuviera sus ritos y sus devociones que se oficiaban en el interior de la casa.
Como los templos eran las moradas de los dioses los sacrificios se efectuaban en un altar situado fuera del templo y una vez que el dios lo aceptaba se quemaba la grasa de un animal como sacrificios junto con hierbas aromáticas para que el humo llegase hasta el dios.
Los dioses sólo necesitaban olores y perfumes por lo que su naturaleza sería inmortal al no estar sujetos a las necesidades de la carne. Así quedó establecida la diferencia fundamental entre unos y otros.
Por último cabe destacar que los héroes que protagonizan casi todas las fábulas de esta mitología se considera que tiene una mitad humana y otra mitad divina.


jueves, 27 de diciembre de 2012

El enfrentamiento entre Horus y Set

Cuando Horus tuvo la edad suficiente Isis lo presento ante el consejo de dioses como sucesor de Osiris.
Pero no fue una tarea fácil pues Ra y otros dioses discutieron sobre si aquel debía poseer el trono de la Tierra.
Las numerosas disputas entre los dioses sobre si Horus debía ejercer como sucesor, la insistencia de Iris y las bravatas de Set por conservar su posición hicieron que Ra tomara la decisión de trasladarse a una isla situada en medio del río para llevar a cabo la decisión.
Sin embargo Isis no era bien recibida en esta isla y se le prohibió su entrada. A pesar de esto la astucia de la diosa hizo que esta pudiera entrar en la isla transformada en la figura de una joven viuda.
Set se dirigió hacia ella temiendo alguna estratagema de la diosa y le preguntó a la muchacha que hacía allí, ella contesto que venía a buscar el apoyo de los dioses para que su hijo recuperara el rebaño que le había arrebatado a su padre un extraño.
Y fue entonces cuando Set se juzgó a si mismo respondiendo “¿Cómo un extraño ha podido apropiarse del rebaño viviendo tu hijo?”. Entonces los dioses se percataron de que lo justo era que Horus ocupara el trono.
Sin embargo Set no se dio por vencido y retó a Horus a una serie de enfrentamientos. En uno de ellos la diosa Isis usó su magia para salvar a Horus, aunque en un último momento se apiadó de Set, pues recordemos que era su hermano.
Horus indignado por la acción de su madre le cortó la cabeza a Isis, pero esta volvió una vez más a hacer uso de su magia y convertida en estatua de piedra acudió al lugar donde se encontraban los dioses que decidieron ir en busca del hijo ingrato de Isis.
Set lo encontró y le arrancó los ojos, pero Hathor que continúo en la búsqueda de Horus se los devolvió. Ambos habían obrado mal y durante muchos siglos siguieron proponiendo disputas en las que se servían de magia y diferentes trampas para no obtener ninguna repuesta definitiva.
Siguieron pasando las décadas y ambos dioses seguían disputándose el trono de la Tierra, hasta que Ra decidió que lo mejor sería viajar al Hermoso Oeste y consultarle al gran Osiris cual de los dos debía ocupar ese puesto.
Osiris puso fin a esta milenaria polémica nombrando a Horus como su fiel sucesor. Ra no satisfecho con la elección nombró a Set como su hijo y le hizo el dios de las tormentas.
Este mito encarna la lucha entre el orden y el caos, el bien y el mal sin olvidar el trasfondo político que esconde este relato. Así pues como decíamos al comienzo ¿no es la base de la mayoría del cine o series de televisión la lucha entre el bien y el mal?
Son ya muchos autores los que afirman que la lucha entre el bien y el mal es algo que atraviesa todos los relatos narrativos del cine, y están en lo cierto.
Más concretamente usando el ejemplo que presentábamos al principio y del que hablaremos también más tarde, podemos pararnos a buscar las numerosas disputas entre el bien y el mal que se dan en la trilogía de El Señor de los Anillos. Y al igual podemos hacer con la saga de La Guerra de las Galaxias.
Por lo tanto poco a poco vamos comprendiendo que la mitología no es algo que se ha de quedar en el pasado como técnica milenaria sino como un objeto de estudio interesante que conforma la base de muchas de las cosas que nos rodean en la actualidad.