domingo, 16 de septiembre de 2012

Recortes en las residencias de estudiantes.

Hace dos semanas comenzaba un nuevo curso en la Residencia de Estudiantes Antonio Gistau de Madrid.












El complejo residencial pertenece a la asociación CHF (Colegio de Huérfanos Ferroviarios) que, hasta 1902 era de uso exclusivo para los retribuyentes del complejo pero que actualmente es de carácter público, con respaldo sindical.
Esta es una de las residencias universitarias que se han visto afectadas por la situación crítica económica que atraviesa España en estos momentos.
El complejo residencial se vio obligado a realizar una serie de reformas durante los meses de verano.
 La primera medida que se tomó fue el cierre de parte de las habitaciones ubicadas en la cuarta planta por falta de solicitantes.
Una de las medidas que más afecto a los residentes fue el cierre de habitaciones triples para reformarlas y convertirlas en salas de estudio. El problema que desencadenó este cambio fue que se acordó una vez ya se había realizado el reparto de las habitaciones.
Los supuestos habitantes de las habitaciones triples se vieron por tanto obligados a dividirse en habitaciones dobles; algunos, incluso de tercer año en la residencia, se vieron obligados a compartir habitación con alguien de primer año.
Además solamente se les ofrecían las habitaciones peor situadas y de peor calidad.
Por último una de las partes esenciales de la residencia tuvo que ser alquilada a la Universidad Nebrija para suplir el déficit. La sala “Los Arcos” que aun se muestra en la página oficial, ya no existe.

Esta sala se mostró en las visitas de los nuevos habitantes de este curso, que para su sorpresa la encontraron cerrada en su llegada en septiembre a la residencia.
La falta de esta sala supone  que los residentes tengan que acceder al comedor  por fuera del establecimiento durante todo el curso lo que ha causado varias protestas por parte de los residentes.
A pesar de que esta situación haya ocurrido este último año, Carlos Berzosa rector de la Universidad Complutense de Madrid ya daba un aviso en el 2010 sobre el peligro que corrían los colegios mayores adscritos a la complutense.
 La delicada situación de la economía española no es el único factor que parece acechar a las residencias de estudiantes.
 El endurecimiento de los requisitos para obtener becas universitarias ha provocado que muchos estudiantes que antes podían permitirse los estudios universitarios vean muy difícil su continuación.
Aquellos que puedan continuar sus estudios se encuentran con otro problema y es que en Madrid la media de coste de las residencias universitarias y colegios mayores ronda los 600 euros al mes.
En el caso de la residencia Antonio Gistau asciende hasta los 900/1000 euros.
Esta es una de las razones por la que la cantidad de plazas ocupadas en la residencia ha disminuido hasta el punto de llevar a cabo el cierre de habitaciones y demás reformas.
Algunos colegios como por ejemplo el Teresa de Jesús que en el año 2010 realizó una reforma que costó, según la universidad,  unos cuatro millones de euros se encuentran ahora con el problema de falta de solicitudes que cubran con todo el gasto que se invirtió en las reformas.
 Otros colegios mayores además de la residencia Antonio Gistau estan teniendo que llevar a cabo medidas de ahorro estrictas aunque todavía no haya datos oficiales.